Mallorca es una de las joyas del Mediterráneo gracias a una combinación de naturaleza, historia y cultura. Islas Baleares ofrece opciones para todo tipo de turistas, tanto para una escapada corta como para una ruta de tres o más días.
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ToggleSi quieres visitar la isla pero no dispones de mucho tiempo aquí te dejamos una ruta de 3 días por Mallorca que cruza pueblos pintorescos y calas con agua cristalina.
Día 1: Palma de Mallorca y Pueblo Español
La ruta comienza en la ciudad de Palma de Mallorca, la capital de la isla. La ciudad es pequeña, pero es recomendable dedicar al menos unas horas a explorar el casco antiguo, donde encontrarás la Catedral de Santa María, el Palacio Real de la Almudaina y el barrio de La Lonja. El encanto de Palma está en las calles empedradas y sus plazas llenas de vida.
A la tarde puedes visitar el Pueblo Español, una recreación en miniatura de la arquitectura y la cultura española. Este lugar ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar réplicas de edificios, plazas y monumentos de toda España. Podréis tomar una tapa en la Plaza Mayor de Madrid o visitar la Alhambra de Granada a escasos metros de distancia.
El Paseo Marítimo de Mallorca es otro de los atractivos de la ciudad. Podéis relajaros al salir del Pueblo Español y disfrutar del atardecer junto al mar antes de probar la comida mallorquina.
Día 2: Ruta de los pueblos de la Sierra de Tramontana
El siguiente día podéis iniciar la ruta hacia la Sierra de Tramontana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El trayecto es perfecto para los amantes de la conducción gracias a las carreteras de montaña serpenteantes con vistas panorámicas. El camino tiene algunos miradores apartados de la carretera donde puedes parar a descansar o hacer unas fotos.
Una vez que te adentres en la Sierra de Tramontana, dirígete a Valldemossa, un pueblo lleno de historia y rodeado de naturaleza. La Cartuja de Valldemossa es una visita obligada, aquí vivió el compositor Frédéric Chopin.
Sóller es una visita obligada, un pueblo rodeado de montañas y valles llenos de naranjos y olivos. El mayor atractivo del pueblo es el tren histórico de Sóller hasta el Puerto de Sóller, que permite disfrutar de un viaje a través de túneles entre la naturaleza.
Deià es también uno de los pueblos más bonitos de la isla. Está también junto a la costa y destaca por sus acantilados rocosos y las calles empedradas. Puedes visitar la iglesia de San Juan Bautista.
Otros de los pueblos más bonitos que puedes visitar en la Sierra de Tramontana son Escorca, Fornalutx, Estellenchs, La Calobra y Pollença. Es imposible visitarlos todos en una tarde, así que es recomendable elegir dos o tres pueblos en un día y descubrirlos con tranquilidad.
Día 3: Cabo de Formentor y Alcudia
El Cabo de Formentor se ubica en el extremo norte de la isla y es uno de los lugares más impresionantes de Mallorca. Puedes visitar el Faro de Formentor, a 200 metros de altura con unas vistas panorámicas espectaculares. Luego puedes descansar en la playa de Formentor, famosa por su arena blanca y aguas cristalinas.
Los miradores Es Colomer y Talaia d’Albercutx y la Cala Figuera son otras paradas. Si no tienes coche, puedes aprovechar el día y reservar una de las excursiones en barco o un tour panorámico por Formentor que ofrecen infinidad de compañías en la zona.
Alcudia es uno de los pueblos imprescindibles de Mallorca y ha sido recientemente incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España. La localidad se encuentra entre la península de las Bahías de Pollensa y Alcudia.
Puedes recorrer el casco histórico y alejarte a las afueras para conocer las murallas de este pueblo de pasado medieval y visitar la Iglesia de Sant Jaume.
Lo mejor de la gastronomía de Mallorca
Puedes sacarle el máximo partido a tu viaje y probar la comida local. Estos son algunos de los platos típicos de la isla:
- Sobrasada: este embutido mallorquín se elabora con carne de cerdo, pimentón y especias. Se suele untar en pan tostado o como ingrediente en diferentes platos.
- Paella mallorquina: está inspirada en la paella valenciana, pero esta versión mallorquina combina arroz con marisco y carnes locales como conejo o pollo.
- Frito mallorquín: este plato típico mallorquín es una mezcla de hígado, carne de cordero, patatas y pimientos, todo ello sazonado con hierbas aromáticas.
- Ensaimada: Es una masa de bollo dulce esponjoso en forma de espiral, puede estar rellena de crema, cabello de ángel o chocolate.
- Tumbet: Este plato combina capas de berenjena, patata y pimiento rojo asado al horno. La mezcla está cubierta con una salsa de tomate casera y gratinada con queso.